miércoles, 30 de marzo de 2011

MUSAS AUSENTES SIN AVISO - PARTE I


Un nuevo café (con leche y 3 medias lunas dulces) es el disparador para un reinicio a la rutina platense de empapelar instituciones estatales que se dedican a "algo". Techo cieloso encapotado con UNA nube firme y única... alguna gota que otra que con somnolencia matutina se deja caer para terminar, inexorablemente, contra cemento y verde... caída apoteótica, final informe y sabido. Seguramente, por culpa de mi imprevisión, un nuevo paraguas berreta dejará La Plata para terminar olvidado en algún cajón de casa.
Estas letras tangueras y quejosas pretenden dar comienzo a un relato que hasta el momento está sólo en la búsqueda de partes para ensamblar a un Frankenstein prosero que mueva un poco a un blog telarañoso y olvidado... pero Kaliope o Kira o al guna de las otras siete han de estar con mucho laburo porque por acá... por acá no han pasado!!
- Y brota un: "Cuánta calor, loco". Una gota de sudor corrió por la frente y se deshizo en miles contra el suelo... Una sola gota alcanzó el asfalto, el resto se evaporaron antes de abandonar su rostro... ESO ES CALOR!!! Esa eterna costumbre de encarar ese desierto justo el día y la hora en el que cualquier termómetro volaría la tapa de su cilindro dejando escapar todo su mercurio. Sostenía que sólo él era capaz de esa travesía y posiblemente fuera cierto, del grupo, él era el único que carecía de ganas de vivir... Remontando a algún por qué, sólo llevaría a un pasado muy pasado para encontrar... nada. Los más antiguos sostenían que nació sin ganas de vivir pero todos tienen una función en esta vida y él... no es una excepción!! Él se convertirá en el protagonista ignorante de mi cuento... gracias a él... mi monstruo toma forma...

No hay comentarios:

Publicar un comentario